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martes, 27 de septiembre de 2011

DE CABALLOS Y LUNA

Ya tenía yo ganas de salir a montar con la única luz de la luna llena.. ¡Y cómo se disfruta!

En un principio puede dar un poco de respeto, incluso miedo y nervios. Pero en cuanto te pones en marcha, ves que el caballo está tranquilo, que responde como siempre y que está disfrutando, te vas relajando…

Primero te imaginas que no vas a ver nada. ¿Cómo vas a ver, si es noche cerrada? Pero no es así, y de echo, se hace un poco raro ver bastante más que el camino por el que vamos, los caballos y algo del paisaje al que estas tan acostumbrado. A pesar de lo que se puede pensar la luna llena ilumina suficiente como para ver lo que nos rodea. Pero sobre todo, se hace raro oír tanto. Por encima de todo, los cascos de los caballos. El ritmo pausado y tranquilo de todos tus compañeros de aventura. Y poniendo un poco de atención, los detalles; el canto de los grillos, el viento moviendo las hojas de los árboles, el río, al fondo…

Y como no podía ser de otra manera, las historias de lobos, de cuando bajan de la sierra, se les ve cerca de los pueblos, de ganado, de campo… Porque la noche parece que pide esas historias, ¿verdad?





Lo único que nos aleja de nuestras historias es el tener que bajarnos a abrir alguna cancela, o el cruzar alguna carretera secundaria. Por supuesto, todos llevamos chalecos reflectantes y el último, una luz roja en la espalda. La seguridad ante todo.

La ruta nos llevó por las afueras de Matalpino, por un camino bien señalizado y sencillo, entre bosque de ribera un tramo, y luego, por entre fincas ganaderas, muy propias de la zona. Ciertamente, parecen sitios diferentes a los que estamos acostumbrados, pero son los mismos, salvo que con distinta luz. El echo de que los arbustos se muevan, de que algún caballo, por no levantar bien los pies, tropiece o pueda "meter la pata" literalmente en alguna zanja no impide el que lo pasemos bien y disfrutemos de la noche, en buena compañía y al fresco, que, con los calores que hemos pasado todos este verano, de veras que se agradece.
Lo único malo, que no se pueden hacer fotos del paisaje, pero creo que da mas idea de las sensaciones y del momento, el video, que capta los sonidos predominantes, la oscuridad (más de la que en realidad se nota) y parte, sólo parte, de lo que vivimos. Lo mejor, la novedad.

La noche, por tanto, se salda con un par de sustos, algún tropezón, nuevos encuentros entre amigos, un montón de buenos recuerdos, risas y sensaciones que atesoraremos cada uno donde siempre podamos tirar de ellas y esperando ver de nuevo la luna llena sobre nuestras cabezas y nuestras crines.




Ver Dehesas de Matalpino en un mapa más grande




Para ver más datos de la ruta, pincha AQUÍ.


Si te interesan las rutas y el turismo puedes seguir tambien este blog: http://mapaygps.blogspot.com/





viernes, 16 de septiembre de 2011

Confianza, la base de la diversión.

No hay nada mejor, ni que levante más el espíritu que darte cuenta de que tu caballo confía en tí tanto como como tú en él. Poder ir a donde quieras, sin preocuparte nada más que de buscar el mejor camino, ir tranquila, disfrutar el camino, los olores y sensaciones que te brinda el monte y tu compañero infatigable.
Esta semana hemos tomado parte del GR-10 a su paso por la Sierra de Guadarrama y hemos disfrutado de una caminata por praderas y bosques sorprendentemente frescos para esta época del año.

Los GR son caminos de Gran Recorrido que recorren Europa, conectando ciudades y pueblos con entornos y paisajes importantes en la vida de un senderista. Son como las autopistas de los senderos. Se identifican con unas marcas blancas y rojas pintadas en rocas, postes, paredes, etc. En concreto, el GR-10 (E-7 europeo) atraviesa la Península Ibérica desde Oporto hasta Valencia. Cuando pasa por Madrid, cruza la sierra de Guadarrama (o símplemente La Sierra, para los que vivimos por aquí) de cabo a rabo, por lo que no es difícil ir dando un paseo y encontrárselo por casualidad ya que, tiene, además algunos ramales, que rodean o comunican ciertas zonas.


No dejaremos de investigar las posibilidades de este sendero, tanto para trabajar con los caballos como para disfrutar cada día de un rinconcito, ya que en este tramo, discurre cerca de cauces de agua, que refrescan la vista, así como los pies de los caballos.

 Por ejemplo, un poco más allá de donde hemos llegado esta vez, se encuentran Los Almorchones, unas pequeñas represas del río Navacerrada, que nace al pie de la Maliciosa, muy cerca del Manzanares, bajando cada uno por un lado de dicho monte.



Mi idea es encontrar una ruta fácil para llegar a estos pequeños remansos, buscando de camino, los cachés que se han escondido a su vera. Pero, ¿qué es un caché? Míralo aquí para enterarte del mecanismo del juego.

Así, se juntan varias  aficiones, el paseo por el entorno del Parque Regional del Alto Manzanares, el montar a caballo y el Geocaching, que, si ya de por sí son entretenidas y apasionantes, juntas son increíbles, y me siento afortunada cuando puedo practicarlas.