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miércoles, 14 de diciembre de 2011

Vicios de cuadra.

Está claro que los caballos no han nacido para estar encerrados.
No hay más que ver la energía con la que salen del box cuando les dejamos un rato en libertad.
Siempre he pensado que donde mejor están es en un prado con árboles donde rascarse, rodeados de su manada y, si acaso un refugio donde se puedan sentir cómodos y calientes, donde no les llegue la lluvia, orientado al sur si vivimos en un lugar frío o al norte si es al contrario.

Canica, entre barrotes.
Lo malo viene cuando necesitamos tener al caballo en un lugar más pequeño por diversas razones. La falta de sitio, suele ser el mayor problema. Obviamente, no todos tenemos la suerte de contar con un terrenito donde tener a los caballos a sus anchas.


El equivalente a una "comida de trabajo" equina...


Y ahí es donde vienen los problemas. Los llamados "vicios de cuadra" no son más que comportamientos reiterativos, enfermizos y normalmente dañinos tanto para el caballo que adquiere esas costumbres, como para los que le rodean, ya que, además, estos vicios se pueden ir copiando de animal a animal. Y ¿porqué surgen estos? normalmente, por aburrimiento.
A nadie le gustaría que le tuvieran encerrado en una habitación de la que sólo le sacaran para trabajar, una hora al día, sin poder siquiera desfogarse en actividades simplemente lúdicas.

...Volviendo a casa... después de una mañana de paseo.
Y no es que sea malo que trabajen, pero hay que compensarles. Igual que nosotros tenemos nuestros momentos de esparcimiento al final de nuestra jornada de trabajo, y el fin de semana, ellos también lo necesitan. Si no tenemos la suerte de tener un pequeño prado cerca, por lo menos, deberían tener un rato para "salir con los amigos", relacionarse sin trabas, incluso correr un poco en libertad, aunque sea en una pista, cerrada para mayor seguridad.
Para ayudarnos a reflexionar, aquí va un cuento de Juan Vives sobre cómo ve la vida un caballo recientemente estabulado:

PINCHA AQUí PARA LEER EL CUENTO

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