Ojeando los periódicos en su versión en internet, he dado con esta noticia:
Leído así, da un poco de vergüenza ajena, tal vez, el echo de que vayan a cobrar a alguien porque se ha accidentado y ha necesitado de ayuda para salir del atolladero. Pero hay que considerar varias cosas:
En primer lugar, en general, la noticia se refiere a las "actividades de riesgo", como espeleología, buceo, escalada, y deportes para los que, en general, conviene estar federado, y en posesión de unos conocimientos que nos impidan llegar a situaciones potencialmente peligrosas.
Por otra parte, si llevamos nuestra federación al día y realizamos la actividad con una empresa que tiene seguro de Responsabilidad Civil (requisito imprescindible para que, yo por lo menos, ponga en manos de alguien mi seguridad) estos costes, en caso necesario, los cubriría el seguro, o la federación de turno a la que estemos adscritos.
En cuanto al ámbito que a mí más me interesa en este aspecto, que es el turismo ecuestre, ya en otro post comenté la necesidad de tomar medidas de seguridad personal a la hora de salir al campo a caballo, véase, casco, chaleco protector, y lo que consideremos oportuno para asegurar nuestra integridad.
Si somos estrictos en esto y en lo comentado en los párrafos anteriores, tanto por nosotros como por la ruta que estemos guiando estaremos a salvo de todo riesgo.
Así quedó mi casco, después de la caída. También tuve un pequeño esguince cervical... |
Como lamentablemente hablo desde la experiencia, tengo que decir que, en el caso de la Federación Hípica de Castilla y León (imagino que las de las demás comunidades también y la nacional de igual modo) responde de sus federados con total seguridad, por lo que merece la pena estar federado.
Muy diferente es que me parezca bien la noticia. Parece hecha, en gran medida con ánimo recaudatorio, ya que, hay que tener en cuenta que esos servicios los pagamos con nuestros impuestos. Pero no voy a entrar en polémica aquí.
Por cierto, si habéis leído la noticia entera, habréis visto que excluyen de esta tasa a menores y discapacitados, por lo que, en caso de estar haciendo terapias a caballo, estaríamos exentos. De la tasa de un posible rescate, por lo menos (esperemos que nunca tengamos que llegar a eso...).
Cuando se trata de caballos, toda medida de seguridad es poca. |
Lo que sí quiero es aprovechar para insistir una vez más en que debemos cuidarnos en salud y protegernos personalmente de posibles accidentes. Ya sea como clientes o como empresarios de rutas, andémonos con ojo.
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