mi padre todavía me acompaña alguna vez cuando monto... |
Ahora, parece que no. Todo el mundo tiene derecho a opinar. Que ese caballo es muy pequeño para mi niño, que esto ya lo sabe, que a ver cuando galopa... ¡niño, mira lo que haces! ¿pero es que no me oyes? ¡que gires a la derecha! ¡a la derecha! y claro, si un niño, de por sí tiene poca capacidad de atención, si encima dos personas a la vez le estamos diciendo lo que tiene que hacer (que, normalmente son dos cosas distintas...) pues claro, el niño se vuelve loco, y al final no atiende a nadie. Ni al monitor ni al padre. Y ya le tenemos en medio de la pista, con el caballo/poni parado y el resto de la clase más pendiente de él que del ejercicio que estábamos intentando hacer.
Por supuesto, los padres pueden y deben interesarse por la actividad de su hijo, pero respetando el trabajo del monitor. A ver si conseguimos entre todos estar mas cómodos y disfrutar de un deporte tan completo, didáctico y social como la equitación.
Cuanta razón... además es algo que ocurre no solo en las hípicas...
ResponderEliminarSi, desgraciadamente...
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