Cuando hablamos de material adaptado para chicos con problemas de equilibrio, o de control motor, no tiene porque ser el mismo para todos.
De hecho, es posible que no nos haga falta comprar nada, sino echarle imaginación y saber lo que de verdad nos hace falta.
Una buena manta, con algún tipo de cuña, por si el chico o chica tiene tendencia a irse hacia algún lado, puede ser suficiente. Lo importante es no perder de vista lo que necesitamos conseguir.
Puede que al principio tengamos que montar con él o ella (lo que se llama a veces back-riding, del inglés) pero con el tiempo y paciencia, seguramente ya monte por su cuenta.
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El velcro, ese gran aliado... |
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Cualquier idea es buena, si sabemos el objetivo. |
En ese momento, para seguir trabajando el equilibrio, si tenemos un camino cerca, con subidas y bajadas, nos podrá ayudar mucho. Otro detalle importante es el orden. Tanto en chicos con problemas físicos como psíquicos, sensoriales o de conducta, el que cada cosa esté en su sitio y las actividades se realicen siempre en orden, es importante. Es más fácil introducir cambios poco a poco si el resto de tareas están adquiridas y ordenadas en nuestra mente y la suya, que si cada día hacemos todo diferente. De esta manera, además, podremos ir valorando los avances que logre nuestro chaval.
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La imaginación, importantísima para lograr lo que nos propongamos. |
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...y por supuesto... |
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....todo en su sitio! |
Algunas ideas han quedado aquí reflejadas, pero el día a día nos permitirá reconocer las posibilidades de cualquier material y adaptarlo a nuestras necesidades. Sólo tenemos que tener claro lo que queremos y podemos lograr, e ir a por ello. Y no tener miedo de preguntar! a los padres, a su fisioterapeuta (podéis pedir permiso para asistir a alguna sesión con vuestro paciente), a su logopeda... para remar todos hacia el mismo lugar y aunar los esfuerzos de todos los profesionales que intervienen en la vida del paciente.
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