Siempre que llegan los fríos, el mal tiempo y los vientos helados nos preguntamos: ¿cómo estarán nuestros animales? ¿Pasan tanto frío como nosotros?¿Tienen necesidades especiales con este tiempo?
Vamos a tener en cuenta varias cosas:
1. La intensidad del trabajo que va a realizar el caballo:
Si es un caballo que va a trabajar todos los días, puede que nos sea más cómodo tenerlo estabulado. En ese caso, no necesitaremos más que vigilar que las corrientes de aire predominante no les llegue a afectar y que la conducción al bebedero no permita que se congele el agua de su interior y reviente la tubería. Con vigilarlo a menudo será suficiente. El caballo no puede pasar un dia sin beber.
Preciosas estampas que nos quedan en invierno... al fondo,las cuadras. |
Por otro lado, si realiza ejercicio intenso, lo más probable es que lo tengamos esquilado, por lo que habrá que tenerlo en cuenta, y ponerle una manta adecuada por encima. Las hay de diversos materiales, por lo que tendremos que elegir la de abrigo adecuado y que se limpie bien, para poderla mantener en buenas condiciones sin demasiado esfuerzo.
Si con la manta podemos tenerlo en el prado, por lo menos un rato al día, sería ideal que fuera impermeable, para el mejor confort de nuestro compañero.
A veces, nos hará falta cubrir al caballo con una buena manta... |
Si por lo contrario, durante la época de invierno va a trabajar menos de lo normal, le vamos a dar algo de descanso, seguramente no nos haga falta esquilarlo y el propio pelaje del animal, que en esta época se incrementará en espesor y longitud, le servirá de abrigo, cortavientos y chubasquero, todo a la vez. De esta manera, podrá pasar más tiempo a la intemperie sin que le afecte a la salud. Y eso, lo agradecerá, sobre todo, si tiene compañía.
Otras veces, el pelaje del animal será suficiente. |
Si tenemos un buen prado, que no se encharque, y donde podamos darle algo de libertad a nuestros caballos mientras no trabajen, genial. Si las condiciones fueran muy duras al aire libre, siempre se puede valorar el levantar un abrigo, de tres paredes y tejado, donde además podemos poner los comederos, para evitar los vientos predominantes, así como la lluvia. Siempre habrá que darle un tamaño suficiente como para que quepan todos los caballos si quieren.
En los boxes interiores, también tendremos que tener en cuenta que la humedad del suelo, en invierno puede afectar más a los cascos, y los restos de comida, y materiales, pueden atraer a más animalillos perniciosos, ya que será el lugar más confortable (por lo calentito) de los alrededores. La higiene ha de ser siempre la adecuada.
Por último, y que nos valdrá en cualquier caso, la revisión diaria de las paredes, la puerta (en el caso de instalaciones cerradas) y la conducción de agua son esenciales.
Aunque parezcan muy malas condiciones, estos caballos están muy a gusto... |
3. La alimentacion.
En invierno, si ha caído la suficiente agua, los campos tendrán algo de hierba, que nuestros caballos podrán aprovechar. Después, habrá que tener en cuenta otra vez, la cantidad e intensidad del trabajo que realicen los animales. Realizando actividad intensa, la cantidad de pienso puede llegar a suponer hasta el 40% de la cantidad total de su alimento diario.
Y sobre todo, lo que tantas veces se ha dicho: "el ojo del dueño engorda al caballo". Si le observáis todos los días y lo hacéis con el cariño de un amigo y compañero, todo irá bien, y podremos prevenir cualquier dolencia o problema.