No hay nada mejor, ni que levante más el espíritu que darte cuenta de que tu caballo confía en tí tanto como como tú en él. Poder ir a donde quieras, sin preocuparte nada más que de buscar el mejor camino, ir tranquila, disfrutar el camino, los olores y sensaciones que te brinda el monte y tu compañero infatigable.
Esta semana hemos tomado parte del GR-10 a su paso por la Sierra de Guadarrama y hemos disfrutado de una caminata por praderas y bosques sorprendentemente frescos para esta época del año.
Los GR son caminos de Gran Recorrido que recorren Europa, conectando ciudades y pueblos con entornos y paisajes importantes en la vida de un senderista. Son como las autopistas de los senderos. Se identifican con unas marcas blancas y rojas pintadas en rocas, postes, paredes, etc. En concreto, el GR-10 (E-7 europeo) atraviesa la Península Ibérica desde Oporto hasta Valencia. Cuando pasa por Madrid, cruza la sierra de Guadarrama (o símplemente La Sierra, para los que vivimos por aquí) de cabo a rabo, por lo que no es difícil ir dando un paseo y encontrárselo por casualidad ya que, tiene, además algunos ramales, que rodean o comunican ciertas zonas.


Mi idea es encontrar una ruta fácil para llegar a estos pequeños remansos, buscando de camino, los cachés que se han escondido a su vera. Pero, ¿qué es un caché? Míralo aquí para enterarte del mecanismo del juego.
Así, se juntan varias aficiones, el paseo por el entorno del Parque Regional del Alto Manzanares, el montar a caballo y el Geocaching, que, si ya de por sí son entretenidas y apasionantes, juntas son increíbles, y me siento afortunada cuando puedo practicarlas.
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